miércoles, 2 de diciembre de 2015

La fidelidad a Dios, clave para vencer

“Música” una palabra que sonaba agradable a sus oídos, y más cuando iba acompañada de sonidos, si era salsa algo mejor, al fin y al cabo si algo amaba David era dormir hasta tarde, dejarse crecer la barba. Iniciaba los viernes en la noche y terminaba los domingos en la mañana, poniendo el equipo de sonido a todo volumen, así despertaría a los vecinos.

Un día, el que menos imaginó, escuchó con detenimiento a un compañero que le habló de Jesucristo. “Tu puedes cambiar, dejar ese trago…” “Ahhh no… eso si que no quiero… si bailar, beber y oír música son mis mayores ánimos… ¿Cómo así que la religión me los va a quitar?, No señor.” –replicó-  Su amigo comprendió que había comenzado mal el dialogo y le habló de algo que le resultó mucho más eficaz: “Con ayuda del Señor Jesús lograrás crecimiento personal y espiritual”

Le gustaron los servicios religiosos, aunque a decir verdad, iba a la congregación entre semana, para tener libre el domingo y poder pasarse la noche del sábado tomando licor.

Con el tiempo, hasta a los cultos dominicales iba, la situación se normalizó en casa, su madre no daba cantaleta (alboroto o gritería) como antes, financieramente cada peso le alcanzaba, no tenía tantos choques con sus compañeros de oficina y hasta su novia de muchos años le perdonó las infidelidades. “Con el cambio de actitud que observo en ti, estoy segura que nuestra relación será de ahora en adelante más firme” –le dijo su novia-

Pero un diciembre, se desenfrenó, aprovechando que le regalaron una botella de whisky, compartió un trago con sus amigos y luego se fueron a bailar, por algún tiempo no volvió a la iglesia. Lo hizo obligado por el cúmulo de problemas que se le vinieron encima, sin embargo, pasados unos días, y cuando estaba marchando bien en su vida cristiana, dio un traspié y volvió a andar con sus amigos con los que siempre frecuentaba las fiestas.

Así estuvo hasta que cayó gravemente enfermo, pero en medio de la crisis clamó a Dios y Él lo hizo libre. Trajo sanidad a su vida, a fuerza de tropezones y de levantarse, aprendió sobre la importancia de guardar la “fidelidad delante del Señor” cuidando de poner por obra sus mandamientos y preceptos…



BUSCANDO LAS BENDICIONES, SIN DAR NADA A CAMBIO
Con frecuencia encontramos a muchas personas que, bien sea al leer la Biblia o asistir a la Iglesia quieren las bendiciones. Esa es su principal motivación. Las condiciones –que consideran como la letra pequeña de un contrato- la pasan por alto, no les interesa, lo que les mueve esencialmente son las bendiciones. Obtener lo mejor de la vida, sin dar nada a cambio. Asidos del convencimiento que asiste a muchos y es que Dios y el mundo les deben algo, pero ellos no le deben nada –fidelidad en este caso- a Dios ni a quienes les rodean.

Esa misma actitud era la que identificaba al pueblo de Israel en sus diferentes etapas históricas. Una de ellas, que considero relevante es cuando entran a tomar posesión de la tierra prometida, una vez muere Josué, que fue el encargado de distribuir el territorio, se olvidaron de su Creador.

El autor sagrado describe la situación vívidamente de la siguiente manera:
“Josué hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años, y lo sepultaron en Timnat Jeres, tierra de su heredad en la región montañosa de Efraín, al norte del monte de Gaas. También murió toda aquella generación y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel. Esos Israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal, abandonaron al SEÑOR, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto y siguieron a otros dioses – dioses de los pueblos que los rodeaban-, y los adoraron provocando así la ira del Señor.
JUECES 2:8-12 (NVI –Nueva Versión Internacional-)

Los israelitas –como puede ocurrir con nosotros hoy- sólo guardaban compromiso con Dios si alguien los presionaba. Usted y yo debemos ser cristianos toda la semana, no solamente los domingos por la mañana. Tener un testimonio de vida de excelencia cuando nos desenvolvemos socialmente, en el hogar o en el trabajo, y no solamente cuando nos ve el pastor.

Dios nos rescató del pecado, a través de Jesús el Señor nos hizo salvos, no podemos volverle la espalda cuando todo va bien y creemos que no necesitamos de nada, de nadie ni de nuestro Padre Celestial.



PROBLEMAS QUE PROVOCAMOS
¿Ha escuchado a quienes se quejan porque enfrentan muchos problemas y se preguntan el porqué de esos problemas? Olvidan que muchos de los problemas que afrontamos, no los producen los demás ni son el fruto de un “ataque satánico” sino que nosotros mismos los desatamos. Examínese con detenimiento y descubrirá que muchos dolores de cabeza, fue usted y no los demás los que los provocaron, por no medir el alcance de sus acciones, de sus palabras, gestos e incluso, descuidos.

¿Qué les ocurrió a los israelitas y nos puede pasar hoy cuando nos apartamos del Señor? Que se liberan cualquier cantidad de problemas, tome nota del siguiente pasaje:
“Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción”
JUECES 2:14-15 (RV1960)

¿Por qué ocurría esto? Por la actitud de los israelitas. Una vez desaparecía el líder, volvían a apartarse del Señor, “Muy pronto se apartaron del camino que habían seguido sus antepasados, el camino de la obediencia a los mandamientos del Señor”. Finalmente aquellas circunstancias adversas, cosechadas por los propios israelitas, se convirtieron en pruebas para comprobar si seguirían insistiendo en su comportamiento ajeno a Dios o retornarían a la observancia de los mandamientos del Padre Celestial.



HOY ES EL DÍA PARA VOLVERNOS A DIOS
Es probable que atraviese situaciones que no comprende, haga un alto en el camino, examine si la serie de problemas que le asaltan en lo espiritual, financiero, sentimental, familiar y social no son la consecuencia de su alejamiento de Dios o sencillamente, de no abrirle su corazón para que Él reine. ¡Vamos, evalúese! Es el inicio para comenzar de nuevo.

¿Qué hicieron los israelitas en un momento de profunda crisis, con enemigos por todos lados, entre ellos a los arameos que eran sus enemigos? Volvieron su mirada a Dios, reconocieron su error, se arrepintieron y acudieron a aquel que todo lo puede:
“Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim y reposó la tierra cuarenta años, y murió Otoniel hijo de Cenaz”
JUECES 3:9-11 (RV1960)

En medio de las circunstancias que usted enfrenta hoy, es tiempo para cambiar de dirección, permítale al Señor que tome el control de las situaciones por las que esté atravesando, sea cuales fueren. No se detenga, basta que usted tome una decisión, la salvación vendrá de donde menos lo espera.



¿NECESITA USTED UN MILAGRO?
Probablemente esté usted necesitando un milagro, el momento por el que atraviesa es sumamente difícil, a su condición personal o espiritual, que pareciera ir hacia un espiral sin fondo, se suma una enfermedad, pésimas relaciones interpersonales o una deuda que considere impagable. ¡Dios puede hacer algo nuevo hoy!


¿Qué hacer entonces? Clame al Señor. Hágalo con fe, no dude que como en el caso de los israelitas una vez se convirtieron a Dios, Él –nuestro amado creador- hará algo que escapa a la lógica humana y responderá con hechos sobrenaturales, ¡Jamás olvide que el Dios en el que usted y yo hemos creído es un Dios de milagros! Y el paso esencial para avanzar en esa dirección, es LA ORACIÓN, ¡Comience ahora!


Que Dios derrame abundantes bendiciones en su vida.











Por el Pastor Fernando Alexis

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